Ciudad satélite
El concepto de los arquitectónico – y de la construcción por antonomasia: la casa – está en el centro del proyecto de Carlos Suárez. Ciudad satélite es una concreción de una serie de trabajos que viene desarrollando en torno al tema del territorio, la memoria, las migraciones, la ciudad. Se trata de una instalación que combina el elemento escultórico y el fotográfico, basado en dos espléndidas e inquietantes imágenes de sendas viviendas unifamiliares que tomó durante un viaje a Bélgica. Son casas “sin memoria”. La forma casi arquetípica compacta y en apariencia inhabitable de esas casas, (que sin embargo forman parte de una urbanización de lujo) se repite en los pequeños modelos que parecen irrumpir aquí y allá, aisladamente, desde debajo del suelo de madera con el que Suárez ha cubierto una parte de la sala: casas que surgen desde dentro del espacio de la antigua vivienda en la que se habilitó la galería, tensando los listones bajo los que brotan. Casas de dentro de casas. El conjunto desencadena un juego a varias bandas entre exterior e interior, habitabilidad e inhabitabilidad y las distintas escalas con el fin de suscitar una sensación “ de desubicación, de incertidumbre, de desconcierto…”, que viene a ser todo lo contrario de lo que buscamos en principio en el concepto de casa; para Suárez “aquel que mejor define en Europa nuestra idea de sociedad del bienestar”. Pero paradójicamente hay, según el artista “muy poco de europeo, mucho olvido de nuestra propia memoria y mucho de americanización” en este tipo de casas que “ muestran la diferencia entre casa y hogar, que dan la impresión de estar en pueblos muertos y sin habitantes dentro” y que parecen ensimismadas, desconectadas de cualquier estructura orgánica que pueda sugerir un concepto de ciudad verdaderamente social. Juan Carlos Gea |