Futuro suspendido
En los últimos años Carlos Suárez (Avilés, 1969) viene trabajando con conceptos como desplazamiento, frontera, memoria e identidad, creando un archivo de imágenes estructurado en series, con voluntad transgresora y crítica, asumiendo un compromiso en torno al paisaje como contexto y materia, reflexionando sobre las relaciones entre lo social y lo geográfico, con una visión próxima a la distopía. En este mapa el proceso de búsqueda de territorios vagos, de rutas que se aproximan a los límites, de huellas y heridas que vamos imprimiendo en el paisaje, define un deambular por los escenarios de diferentes países –España, Bélgica, Rumanía- utilizando el lenguaje fotográfico como investigación de espacios líquidos de los que se parte para obtener registros poéticos, sociales y políticos. La pieza “Timeless City” (Ciudad eterna) debe entenderse como continuidad de las cartografías y mapeados del territorio que el artista ha venido realizando, un catálogo de “puntos calientes – como podría señalar Smithson- de una tierra que ha olvidado el tiempo”. Partiendo de fotografías tomadas en Castilla y León, urbanizaciones como Los Balagares (Corvera de Asturias), diversas zonas de Galicia o en la Exposición Universal de Sevilla y la Exposición Internacional de Zaragoza dedicada al agua y el crecimiento sostenible, se ha elaborado este proyecto que tiene como características la hibridación entre texto e imagen, elaborando un discurso a partir del “Programa elemental de urbanismo unitario” (1961) de Atila Kotanyi y Raoul Vaneigem o del “Formulario para un nuevo urbanismo” (1958) de Giles Ivain. Pero lo textual ya se incorporó con fuerza en su serie “Promesas de Bucarest”, expuesta en la muestra colectiva “Espacios de memoria” (2012) en la galería Gloria Heldmound, fotografías del “Palacio del pueblo” desde cuyos balcones el dictador Ceausescu dio, el 21 de Diciembre de 1989, la que sería su última arenga populista, algunas de cuyas palabras recogen las imágenes. En torno a la edición de “Timeless City”, serigrafías más impresión digital sobre papel, realizada por Fenanda Álvarez en los talleres de la Factoría Cultural, se ha realizado esta exposción que constata los cambios que ha experimentado la gráfica, superados los soportes y técnicas tradicionales. Carlos Suárez –formado en estampación litográfica en los talleres de Frans Masereel Centrum (Kasterlee, Bélgica)- expande la obra al espacio, buscando un diálogo con los elementos arquitectónicos con una pieza de grandes dimensiones (4,30×4,30 m) que domina toda la sala, un fondo pintado en gris sobre el que se ha rotulado el título de muestra en color naranja. Cuatro imágenes de territorios marginales con textos concluyentes – wonderful place, no return- completan un relato sobre la degradación del territorio en manos de una economía especulativa que ha sostenido la burbuja inmobiliaria. Son paisajes vacíos de movimiento, de vida, aunque se encuentran presentes las huellas y signos humanos, las agresiones al entorno en las que se nos involucra como espectadores sin respuesta. Preguntarse, por tanto, si todavía es posible una resistencia crítica supone enfrentarse a un futuro suspendido e incierto, al igual que esas carreteras que llevaban la promesa de acércanos al paraíso de las urbanizaciones idílicas y, sin embargo, se han quedado inacabadas, sin destino, anegadas por el olvido. Timeless City. Carlos Suárez. Factoría Cultural de Avilés. (Publicado en La Nueva España el 22 de Abril de 2015) |