El escombro olvidado

textoEscombro

Frente al escombro olvidado, el avilesino Carlos Suárez vuelve a tomar posición a favor de la memoria, como medio de recuperación del paisaje, la ciudad, los vestigios y el sentimiento. Su exposición ‘No memory. cities on the world’ que inauguró ayer el CMAE de Avilés es un hito en su comprometida trayectoria, y una eficaz vuelta de tuerca a su capacidad de reflexión para desentrañar las ruinas del pasado y construir nuevas emociones.

Compuesta por ocho fotografías captadas en Londres, Madrid, Vigo y Avilés, y una instalación que trata de «apuntalar» el espacio expositivo, la muestra subraya el carácter epidémico del asunto, poniendo como contrapunto las visiones monumentales de ruinas industriales o arquitectónicas más o menos recientes. Como señala en el catálogo Abel Pozuelo, la memoria de Carlos Suárez «se articula en la instalación mediante un sistema de espejos encontrados, de modo que en los dípticos fotográficos podemos ver los pobladores de la nueva ciudad, consumidores en la ciudad sin memoria, situados de manera artificial junto a vestigios de lo que hubo justo antes, ahora denostado». En efecto, ‘No memory’ nos habla de la trama de fugacidades que habita el mundo actual, y de la confrontación de símbolos o signos, y del origen de ciudades como la propia Avilés. «La ruina como resistencia que ha de hacer saltar los plomos ante el exceso de desperdicio energético del nuevo mundo y su destrucción. Memoria de tiempos más heroicos o al menos más orgullosos y conscientes».

Desde hace algunos años, y con mayor intensidad desde que presentase en la galería Vértice sus ‘Paraísos artificiales’ y obtuviese, poco después, el Premio Cajastur del Certamen de Luarca por ‘Tierras de Koningsbos’, la mirada fotográfica de Carlos Suárez prescinde de cualquier referencia anecdótica y se centra en la soledad de un paisaje que, natural o artificial, alude a otros horizontes, huyendo del ruido y refugiándose en nuevas maneras de mirar. Con un acento muy crítico y comprometido, Carlos Suárez se aleja de ese Friedrich que su pintura llevaba dentro para penetrar fotográficamente en estos empeños henchidos de nostalgia, entre palpitaciones inquietantes y casi secretas, que merecen la pena descubrir.

Hace un mes, en AlNorte 2012, la sección OpenLands estudiaba los lugares de desarraigo que llenan nuestra maltratada región, con numerosos ejemplos de patrimonio industrial en estado de semiabandono. No estaría mal que este inteligente trabajo de Carlos Suárez continuará explorando esos rincones, con ecos dentro y fuera de Asturias, crueles pero evidentes metáforas de la inestabilidad de la sociedad y de nuestro futuro incierto.

Diario El Comercio, 16 de Enero de 2013